¿Qué aporta el trabajo en equipo a las personas y a las organizaciones?
Autores:
Francisca Berrocal
Santiago Pereda
Una de las principales implicaciones que han supuesto los constantes cambios en los que se ven envueltas las organizaciones, y su necesidad continua de adaptación, con objeto de mantener su competitividad en un entorno cada vez menos predecible, es la forma de entender la organización del trabajo, adquiriendo los sistemas de trabajo en equipo una importancia fundamental. Se ha pasado de considerar al individuo la unidad laboral básica a considerar, también, al grupo como célula fundamental de toda la organización.
La mayor parte de las organizaciones reconocen la importancia del trabajo en equipo no sólo como un medio para mejorar su competitividad, sino también como un sistema de organización del trabajo que permite mejorar el clima laboral, la comunicación interna, la integración de los nuevos miembros, la transmisión de sus valores y cultura, etc. Sin embargo, las ventajas que aportan a nivel organizacional los sistemas de trabajo en equipo no serían suficientes para explicar su éxito, es preciso, también, analizar las ventajas que aportan a las personas que integran los equipos, ya que son los individuos, los que van a actuar como verdaderas fuerzas impulsoras de su desarrollo y funcionamiento.
Entre los principales beneficios podemos destacar la satisfacción de las necesidades de afiliación y el que posibilitan y facilitan el desarrollo personal y profesional de sus integrantes a través del reconocimiento, apoyo y retroinformación que proporcionan los compañeros.
Pero el trabajo en equipo es algo más que un grupo de individuos que colaboran en la realización de una serie de tareas para alcanzar unos objetivos comunes. Es necesario que los miembros del grupo:
- Perciban que tienen un objetivo común.
- Se autodefinan como miembros del equipo y se perciben como una unidad diferenciada de las demás.
- Desarrollen normas que regulen las relaciones de los miembros.
Sin embargo, el trabajo en equipo no es fácil, ni siempre sus resultados se han mostrado superiores a los conseguidos por los individuos, por ello, es necesario conocer, además de sus ventajas, los inconvenientes de esta forma de estructurar el trabajo pueden suponer para la organización, en general, y las personas en particular, con el objeto de saber cómo prevenirlos o en su defecto como afrontarlos.
Son múltiples las investigaciones que se han desarrollado para analizar las consecuencias para las organizaciones, y para los individuos, de la implantación de los sistemas de trabajo en equipo. Por ejemplo, se ha comprobado que la participación conjunta de superiores y colaboradores en el planteamiento de los objetivos y en la interpretación y análisis de los resultados, hace que las decisiones sean mejor comprendidas, aceptadas y llevadas a la práctica.
Por otro lado, cuando las personas se comprometen a actuar de una manera determinada, su decisión se ve fortalecida por el conocimiento de que los demás están comprometidos de una manera similar. Una de las más poderosas fuerzas motivadoras de los individuos, es sentirse respetados y apoyados por los integrantes del grupo al que consideran importante pertenecer y mantener su posición dentro de él. Este aspecto es uno de los más importantes a la hora de explicar la superioridad de la acción del grupo sobre la individual, mostrándose más productivo y creativo que cuando sus miembros trabajan de forma aislada; es decir, es superior a la suma de las contribuciones de sus componentes.
Pero las ventajas que los sistemas de trabajo en equipo tienen para mejorar la eficacia de la organización, no son suficientes para explicar el éxito de esta metodología de organización del trabajo en todo el mundo. Es preciso, tal y como hemos señalado, analizar las ventajas que tiene para las personas que forman parte de los equipos.
Ventajas de los Sistemas de trabajo en equipo en las personas y en las organizaciones
La mayoría de las personas estamos mucho más satisfechas cuando no solamente «hacemos» nuestro trabajo, sino que también participamos en la programación, organización y control del mismo. Los sistemas de trabajo en equipo, facilitan que el trabajador deje de ser un simple «eslabón en la cadena», que se limita a cumplir órdenes, recibiendo a cambio una recompensa económica que le permite satisfacer sus necesidades básicas, para ser considerado una “persona”, con todas sus competencias y potencial y que puede satisfacer, mediante el trabajo, también sus necesidades de desarrollo personal y profesional.
Concretando lo que venimos explicando, las principales ventajas que, los sistemas de trabajo en equipo, presentan para la organización, son:
Tanto a nivel individual, al estar las personas más integradas en su trabajo y desarrollarlo de forma más eficaz, como a nivel grupal, ya que los resultados obtenidos por el grupo, cuando éste funciona como un verdadero equipo, son superiores a la suma de los que habrían obtenido sus miembros, trabajando individualmente.
Al establecerse sistemas de comunicación más directos y reducirse el miedo a opinar, hacer sugerencias o críticas por parte de los compañeros.
Al ser estos conocidos y aceptados por los miembros que, además, conocen cómo estas metas del equipo se relacionan con los objetivos organizacionales. Asimismo, existe un mayor apoyo y aceptación de las decisiones adoptadas por el grupo debido a que éstas son tomadas por consenso.
Al existir una comunicación más abierta, conocer los objetivos que se persiguen y mejorar las relaciones interpersonales.
La diversidad de competencias, puntos de vista y medios para generar ideas que confluyen en el grupo, a través de la unión de sus miembros, aumenta su creatividad, competencia para solucionar problemas, etc.
Basado en el autocontrol individual y el control del grupo. Esto conlleva que la división del trabajo, también sea más precisa, en base a las competencias de cada uno de sus miembros, al no ser únicamente el coordinador, sino el equipo en su conjunto quien asigna las tareas, cada miembro realiza el trabajo para el que está mejor preparado y que más le satisface.
Debido a que los grupos actúan como agentes de socialización, transmitiendo los valores, cultura y filosofía que imperan en la organización.
Al conocer los objetivos del grupo y cómo se relacionan éstos con los de los demás grupos, en particular, y de la organización, en general.
A todos los niveles, al poder satisfacer más fácilmente, los miembros del equipo, sus necesidades de desarrollo y de relación. Como consecuencia se produce una disminución de la rotación, del absentismo, etc.